Teniendo en cuenta la cantidad de elementos subjetivos y colectivos que hacen parte de la denominación de lo que llamamos "cultura", podemos evidenciar como, en algunos lugares (geográficamente hablando), esos elementos se combinan y generan una identidad basada en sus creencias, visiones, estéticas y prácticas. Es decir, las personas se identifican con la música, la comida, los ritos y las historias del territorio donde nacieron o vivieron gran parte de sus vidas.

Gracias a la multiplicidad de manifestaciones culturales existentes en el país, sería vano tratar de reducir la “cultura colombiana” a un solo relato; debe tomarse entonces, como la relación entre múltiples relatos más pequeños que juegan y luchan entre ellos, generando así nuevas identidades, qué se mezclan, además, con identidades globales que negocian con esos elementos locales y generan puntos en común dentro de poblaciones en las que sus habitantes comparten características específicas. Es decir, la identidad se crea a partir de una gran variedad de elementos adquiridos, heredados y, algunos, impuestos que configuran las creencias y las prácticas cotidianas. 

 

sería vano tratar de reducir la “cultura colombiana” a un solo relato

 

En Colombia existen numerosas manifestaciones culturales, con grandes diferencias si las comparamos, estas manifestaciones se generan dependiendo del lugar donde se encuentren las personas, es así como, por ejemplo, desde la parte norte del país se pueden encontrar ritmos como el vallenato, la champeta, las gaitas y tamboras, etc. En el centro, ritmos como bambucos, torbellinos, carrangas; el joropo y el pasaje al oriente, entre muchas otras. Las distintas expresiones musicales que tradicionalmente se dan en los diferentes territorios colombianos, no están libres de aquellos sincretismos que se generan con el ingreso de sonidos de la cultura global, el rock colombiano tiene sus particularidades que lo diferencian del resto, por ejemplo.

Si una comunidad se encuentra cerca de un rio grande o al mar, probablemente gran parte de su economía será gracias a la pesca y, desde allí, se configurará la gastronomía típica, las historias y mitos; el clima, en gran parte, determina la forma de vestir que será distinta si se compara una región de clima frio y una de clima cálido, mezclado siempre con las tendencias en moda que rigen los mercados y estéticas globales

Teniendo esto en cuenta, vemos que la geografía colombiana contiene grandes diferencias dependiendo de la región donde se encuentre; su clima, su fauna, su flora y su economía cambian mientras uno se desplaza de ciudad en ciudad, por lo tanto, también cambia la cultura de la comunidad donde uno se encuentre. Por esto, podríamos hacernos la pregunta: ¿Cómo está configurada la cultura colombiana? Si las tradiciones dependen de las condiciones físicas del territorio y de cómo sus habitantes se apropian de estas, además de las herencias culturales de las personas que habitan en esos lugares, es decir, podrían descender de culturas gitanas, de españoles, de indígenas, de africanos, etc. Lo que marcaría aún más algunas tradiciones y complejizaría la pregunta de la cultura colombiana.

 

La cultura colombiana no se puede comprimir en unas prácticas y costumbres específicas

 

Para responder a este interrogante, se podría plantear que existen algunos elementos en común que nos unen, como lo son la bandera, el escudo y los símbolos nacionales en general. Pero estos, si bien generan una pseudo-identidad patriótica, no hacen que se unifique la cultura, ya que uno podría diferenciar la cultura del Chocó y la de Bogotá como si fueran dos sociedades que tuvieran cosas mínimas en común, aun sabiendo que ambas son de Colombia. Por lo anterior, diríamos que no podría existir una única cultura colombiana, por el contrario, existen varias culturas colombianas las cuales se mezclan, se relacionan para lograr una conjunción de diferentes visiones del mundo y como se debe actuar frente a la cotidianidad según sus creencias y prioridades identitarias.

La cultura colombiana no se puede comprimir en unas prácticas y costumbres específicas, sino que debe ser vista como el espacio donde las culturas existentes en este territorio se relacionan, se transforman y sincretizan. Es decir, si la reducimos a un relato especifico, estaríamos excluyendo un sinnúmero de miradas que hacen parte de Colombia y que juegan un papel importante en la conformación de la identidad de los individuos y los colectivos.