Banskyados, Banksyarte, Banskstream. Estos son algunos comentarios sueltos en redes tras la noticia de la obra "Girl With Balloon" bajo la autoría de Bansky, subastada por 1,04 millones de libras (1,180 millones de euros) que fue destruida tras su venta en la casa de subastas londinense Sotheby’s.
En su cuenta de Instagram, Bansky en su pie de foto cita a Picasso “the urge to destroy is also creative urge” con esta cita acompaña el video que publicó en su cuenta en donde se observa como la obra subastada, se empieza a deslizar por el marco que lo destruye, o mejor dicho, convierte en tiras el lienzo gracias a un mecanismo puesto con anterioridad en la pieza.
Se ha hecho viral la noticia, en especial en lo que respecta a la esfera artística. Dentro del mercado del arte plantea una contra jugada en relación al arte burgués, tal como se puede ver también en una foto de su cuenta de instagram, así la expresión de los rostros de los coleccionistas y vendedores en la subasta, la acompaña escribiendo: going, going, gone…
La acción -hasta performativa podrían justificar algunos- de Bansky en todo caso es contestataria.
¿Ahora qué sigue? De alguna manera era algo de esperarse de Bansky, es decir, finalmente dicho protagonista es un agente contracultural que se ha vendido de dicha forma, algo semejante a un ‘branding contracultural’- muy bien hecho- bajo el seudónimo de Bansky. Ya que de forma contundente muy pocas personas saben quién es y por supuesto el equipo que trabaja con él. Eso no resta que todo su proceso creativo y piezas tengan una carga formal, que las ha llevado a posicionarse dentro del segregado mundo artístico y a participar en la paradoja contemporánea del arte, aunque para ser más específicos, del mercado del arte. En donde se abandera el arte burgués en un diacronismo contemporáneo.
A mi modo de ver, la cuestión no radica ahora en la abanderada acción de Bansky- que debo decir, en lo particular me agradó, como una buena broma - sino ¿cuál será la respuesta del mercado del arte? No solo la respuesta de Alex Branczik, quien fue el encargado de la subasta y quien estima que la obra podría valer más debido a su mecanismo auto-destructor, hasta ahora conocido. Sino la respuesta de todo un mercado.
¿Si el artista ya no es el genio de su época, acaso se convierte en el oportunista de esta?
Es una jugada al mismo sistema, sistema que hegemonizo lo que se suponía era contracultural bajo la fachada Mainstream, debido a su influencia en masa. No obstante, también es una afirmación de lo que Bansky representa como agente contracultural, que lucha por permanecer en una aparente periferia del sistema, mientras de manera estratégica socava al mismo, en una grata partida de ajedrez, donde espera el movimiento del ‘contrincante’ para que apoyado en este, actúe.
Finalmente culmino con la siguiente cuestión: ¿Si el artista ya no es el genio de su época, acaso se convierte en el oportunista de esta? ¿Es Bansky genio u oportunista? No soy crítica de arte, pero de seguro la historia ya lo vende como genio. Aunque prefiero concebirlo como un oportunista que necesita ser brillante para saber poner en juego sus estrategias. Y allí radica su arte.