La Segunda Guerra Mundial fue un acontecimiento en la historia de la humanidad que ha dado mucho para hablar y debatir; se han hecho conmemoraciones, libros, documentales, investigaciones, museos, etc. Y por supuesto, el cine ha hecho lo suyo sobre el tema, sin embargo, la mayor parte de largometrajes (lo que no quiere decir que todos), que se han hecho hasta ahora:  Son desde el punto de vista de los victoriosos y los “héroes” que ganaron la guerra.

Películas como: “Salvar al soldado Ryan”, (1998), “Banderas de nuestros padres” (2006), “Malditos bastardos” (2009), “La gran evasión( 1963), “La delgada línea roja”, (1998), “Stalingrado” (2013),  “El código enigma” (2014) y más recientemente  “Hasta el último hombre”, (2016) y “Dunkerque”, (2017), entre muchas otras más,  son ejemplos de la narrativa impuesta sobre la Segunda Guerra Mundial por los bandos que ganaron;  EE.UU, Inglaterra, Francia y la antigua URRS, como sus mayores representantes.

 

“Land of mine alcanza momentos de suspenso escalofriantes en escenas de soldados sin entrenamiento que desactivan minas a mano y en los cuerpos ensangrentados que saltan al aire cuando los chicos fracasan”

-David D'Arcy del Screendaily

 

Lo más normal en este tipo de películas, es ver como se asesinan alemanes y japoneses por cientos, ya que son inhumanos, malvados y de poca inteligencia o se sobresalta la inteligencia “superior” de los aliados al momento de planear estrategias o inventar maquinaria y armas. Pero cuando se hace un filme representando lo que vivieron los vencidos la narrativa cambia, pues el japonés o alemán ya no es el blanco de tiro de los aliados, por el contario, se incorpora al humano que siente y teme, pero que desgraciadamente está subordinado a una nacionalidad.

“Land of mine” o “Bajo la arena” en Hispanoamérica, es una película danesa que se estrenó en 2015, con una duración de 100 minutos, bajo la dirección de Martin Zandvliet y es de esas pocas películas que rompen con el estereotipo bélico de Hollywood y en cambio, su director busca acercarnos a lo que sucedió, basándose en hechos reales y en escenarios reales.

 

 

La película se ambienta en mayo de 1945 en Dinamarca.  Recordemos que en mayo de 1945 el Tercer Reich se rindió oficialmente ante los aliados y por lo tanto todos sus soldados se rindieron también. Así es como un grupo de jóvenes pertenecientes a las juventudes hitlerianas son hechos prisioneros en Dinamarca, para desminar la costa oeste del país de cuarenta y cinco mil minas de un total de 1.5 millones, las cuales habían sido enterradas por el ejército alemán, previniendo una invasión.  El sargento danés Rasmussen está a cargo de los jóvenes soldados y les asegura que si cumplen con su tarea serán liberados, pero les afirma que les hará la vida imposible por el hecho de ser alemanes y ocupar su país años atrás.

La tarea se convertirá en una ruleta rusa, en la cual los alemanes morirán uno a uno, lo que hará reflexionar al sargento Rasmussen sobre su comportamiento.

 

 

¿Qué pasa cuando se representa al alemán, no como el monstruo al que Hollywood nos tiene acostumbrados, sino al humano que siente, teme y ama?, ¿es posible sentir simpatía por aquellos jóvenes alemanes? Sin duda alguna “Land of mine” revolucionó el género bélico sobre la Segunda Guerra Mundial.  Es un filme estremecedor que a medida que desarrolla la trama nos hará reflexionar sobre la crueldad, el sufrimiento, la pérdida, el dolor, la derrota, la desolación y todo lo que trae consigo una guerra, sin embargo, nos demuestra que la Humanidad en el sentido solidario, afectuoso y comprensivo persiste aun en las condiciones más desesperanzadoras.