¿No es ironía el pensar en la violencia de género, defenderse de la agresión y el acoso callejero y luego permitir que una cantidad de personajes vestidos de ganster latinoamericano, balbuceen letras en su oído, con las cuales someten a la mujer y la convierten únicamente en un objeto hipersexualizado, pretexto de una industria que llena los bolsillos de los poderosos imperios de la música?
Y llegan con rosas a cantarles “poesía”. Porque hoy por ejemplo se conmemora una fecha en la cual 129 mujeres fueron calcinadas protestando por sus derechos, ¿las nuevas generaciones no deberían responder de la misma manera? ¿Hasta dónde va la lucha de género? ¿Por qué se protesta hoy en día? Es un hecho, estamos viviendo tiempos en los cuales hoy tienen más voz las mujeres, hay mucho empoderamiento, pero, ¿qué pasa?, hay una cruel normalización de aspectos evidentes que tienen relación directa con la violencia de género. ¿Acaso no hay una relación entre el escucha y el emisor?, ¿pasan desapercibidos los contenidos de la música? ¿Qué acaso el Patriarcado no está notablemente expuesto “con testículos al aire” en el reggaeton? Aquí no hay una excusa convincente, hasta el momento los argumentos son de tipo “ el reggaeton es un símbolo de resistencia”, “es un reflejo de la sociedad”, “es la música del pueblo”, ¿y?. Cuando el reggaeton es una industria que proviene del establishment, yo me pregunto ¿Cuál es la resistencia? ¿Contra qué están resistiendo? si tienen toda la gigantesca industria de su lado.
"Porque usted no ha elegido el contenido, el contenido lo eligió a usted"
Notablemente hay una naturalización de la misoginia en este género. Es como si todo lo que tenga que ver con violencia de género se pudiera tratar, pero ¡oye!, no te metas con el reggaeton, esto es otro cuento. Y no, no es el aspecto moral del sujeto ultraconservador escandalizado porque su hija de 15 años está teniendo relaciones sexuales. El señor debería escandalizarse más bien porque ella y una muñeca inflable están siendo equiparables en una industria que normaliza este tipo de contenidos como chocolatinas envueltas para su disfrute. La moral dejémosla a un lado, y evalúe usted las circunstancias, si usted se cree un juguete no más para el disfrute de otra persona, está en todo su derecho, pero no pretenda naturalizar esto en los comportamientos de todas las personas.
"Es como si todo lo que tenga que ver con violencia de género se pudiera tratar, pero ¡oye!, no te metas con el reggaeton, esto es otro cuento"

Fuente Youtube
¿Qué fue lo que les hizo el reggaeton?, porque yo veo que la gente se rasga las vestiduras por defender lo indefendible, ¿Qué fue lo que les hizo el reggaeton?, no hay un análisis de fondo y sin embargo ahí están defendiendo a una industria que estandariza contenidos, que opaca verdaderas expresiones musicales latinas, que cosifica, que hipersexualiza, un género que abarca los premios que la misma industria organiza. Ahí están, diciéndole que debe o que no debe escuchar en el bus, en la tienda, en el noticiero, en los colegios, en las universidades, en los jardines infantiles, en los taxis, en los eventos, en las emisoras, en la calle, etc. ¿Qué fue lo que les hizo que no reaccionan?, ¿Qué fue lo que les hizo que lo hicieron parte de sus vidas sin derecho a elegir? Porque usted no ha elegido el contenido, el contenido lo eligió a usted. Cuando una industria es tan invasiva lo más normal es que se opte por adoptarla. Y usted ahí, aun pensando que es un símbolo de resistencia, y que está alejado de la lucha por la equidad de género. Para colmo, como hoy es un día de “fiesta”, yo sólo espero que por el más mínimo respeto no las inviten a bailar reggaeton. “yo veo una especie de gran mediocridad, lo que alguna vez Hannah Arendt vio en Eichmann “No hay un ser malvado, sino un ser mediocre” banal, como que perdió el diálogo con sigo mismo”. (Ricardo Toledo Castellanos / Artista Teórico - Coordinador de investigación de Artes Visuales Universidad Javeriana)