Inusual significa simplemente lo que no es usual, sin embargo, esta definición se queda corta si esta palabra se entiende en términos de la relación con lo usual.
Encontrar lo inusual en un espacio es más fácil que encontrar lo usual, ya que lo usual siempre está allí puede pasar desapercibido, se encuentra en una relación orgánica con su entorno, esta relación incuso lo invisibiliza y si a esto le sumamos las relaciones de poder, encontraremos que las dinámicas usuales de dominación se encuentran casi que en un estado de naturalización, es decir, gracias a su influencia invisibilizada, las dinámicas con las cuales ejercen el poder se encuentran interiorizadas en los individuos que interactúan en su contexto y por esta razón pocas veces esa jerarquía es puesta en duda. Esto funciona en la mayoría de los contextos sociales, las artes no escapan a esto.
“Dios está en los detalles”
Por el contrario, lo inusual normalmente causa molestias, causa incomodidad, inconformidad frente al contexto y los individuos con los que interactúa, por esta razón lo inusual siempre es visible, siempre llamará la atención, dará de que hablar ya que evidencia las dinámicas que no se encuentran en un análisis superficial del campo donde se encuentre, los elementos inusuales generan crisis en los espacios, no porqué sea su objetivo, sino porque el propio campo debe encontrar prácticas y dinámicas para no verse afectado por estos elementos.
Pero ¿por qué in-usual es inusual? (más allá del nombre), para responder debemos centrarnos en las dinámicas usuales del campo de las artes, de las artes legitimadas, este mundo de galerías, de museos, de grandes teatros, de lenguajes poco incluyentes, en resumen, ese mundo que se aleja de lo popular, para nadie es un secreto que la legitimación de las prácticas artísticas se basa en dinámicas excluyentes, donde influyen variables incluso de origen familiar, sin embargo, no me centraré en decir lo que muchos académicos ya han dicho.
… “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”
En Bogotá lo usual está mediado por condiciones casi geográficas, son pocas las prácticas artísticas y culturales que se dan en espacios que no hegemónicos, en espacios populares, etc. Pero en in-usual creemos que esas dinámicas deben ser reevaluadas, el arte debe ser incluyente, democrático, incluyente, debe recoger todos los lenguajes, sin importar donde se encuentren, ese rescate es del cual se encarga in-usual, claro, sin dejar de lado las practicas ya legitimadas, en eso también entra la inclusión, reconocer los lenguajes por igual, darles el mismo valor, encontrar esas pequeñas cosas que hacen del arte algo que realmente responda a las necesidad de la sociedad y de las mismas disciplinas artísticas.
“Democratizar las artes”… suena pretencioso, utópico, casi una fantasía. Pero ¿acaso no es en eso lo que se basa la vida?, una búsqueda de respuestas que muchas veces sabemos que no vamos a encontrar, una lucha constante contra un sinfín de injusticias que parecen nunca terminar, una necesidad de experimentar sensaciones que jamás entenderemos, la búsqueda de un amor que tal vez no llegue, un intento por comprender al otro cuando no estamos de acuerdo, el querer encontrar las historias que estimulen nuestra imaginación, ya lo dijo Eduardo Galeano hablando sobre la respuesta a una pregunta hecha a Fernando Birri, “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”
… “el arte tiene necesidad de alimentarse de la savia de una tradición, de una historia, de un pueblo”
En ese caminar utópico se encuentra in-usual, un espacio que busca encontrar esos lenguajes excluidos, busca dar la misma importancia al arte de las grandes esferas que al arte popular, encontrar las mismas bases del arte ya que como dijo José Carlos Mariátegui en su ensayo sobre la literatura peruana “el arte tiene necesidad de alimentarse de la savia de una tradición, de una historia, de un pueblo”, estamos en la búsqueda de esos nuevos espacios desde donde se ven lar artes, porque eso somos, “somos in-usual, ver las artes, desde otras partes”