Todo transcurrió con plena normalidad, con los trancones recurrentes de la ciudad, con alguno que otro desorden en los tiempos de movimientos de los vehículos que transportaban a los espectadores, que entre otras cosas y como punto a rescatar, estos espectadores eran en un gran número, personas ajenas a el mundo del arte, lo cual nos hace pensar que hay apetito ajeno por las artes, hay curiosidad, hay gusto: Esto, sin duda, da cuenta de la necesidad que hay de construir más espacios para la educación de nuevos públicos.