Más allá del tiempo

Entre ruido polvo y aserrín
El hechizo de madera
El bosque suena en la
Pradera

La memoria de un viejo lugar
Y la magia de tus manos
Que no deja de crear
Para nunca callar

Voy a cantar al cielo
Ir más allá...
Más allá del tiempo

Somos fuego y corazón
La madera tu canción
De tus manos nacerá.

Eres fuerza y tradición
Sonido de la unión
Que nunca morirá

Sello que jamás podrá morir
Artesano, melodía
Y corazón de la raíz
No deja de latir. (Los Rolling Ruanas. 2019)

 

“yo también soy un boyaco/indio de sombrero y ruana” dice Velosa

 

Los instrumentos son importantes, el artesano al momento de hacerlos imprime en ellos el ser de toda una tradición, la unión con la naturaleza que se transforma para convertirse en arte, en música. Hay una clara intención en la letra de la canción de mostrar cómo incluso el mismo tiempo deja de ser lineal, característica de la filosofía andina. Según Estermann (2006), el tiempo andino tiene que ver con lo astrónomo y la natural. Desde lo occidental, los griegos veían el tiempo como una estructura cíclica eterna, un círculo; la tradición semita, de forma lineal y la filosofía dialéctica como un zigzag, mientras que el runa/jaqi vive el tiempo, está pendiente de la respiración, el latido, la marea, el viento, la noche y el día “el tiempo es relacionalidad cósmica, co-presente con el “espacio”, o simplemente otra manifestación de pacha” (Estermann, 2006: 197). No hay pasado o presente, el tiempo no es cuantitativo, es cualitativo, se mide por tiempos densos o tiempos flacos. Existe tiempo para todo, para sembrar, los rituales y los pagos a la pachamama. Si los rituales no se hacen en el tiempo que se deben hacer, no servirá de nada. Se puede decir entonces que la creación de los instrumentos hace parte del ritual de la música carranguera y su ontología.

Otro elemento importante es la indumentaria, son los campesinos quienes empezaron, por lo tanto salían con su vestimenta cotidiana, como ya se dijo no tenían asesoría de imagen, pues posiblemente habrían cambiado su estilo. El vestuario característico se compone de la ruana de colores oscuros o claros, el sombrero de paño y ala corta. Al igual que con los instrumentos eléctricos, lo grupos que han intentado cambiar, no han sido bien recibidos. En una de las canciones de Velosa y los Carrangueros, El boyaco carrambero, se narra con humor las aventuras de un boyacense en la costa, en una de sus estrofas habla de la importancia de la ruana:

Mar adentro resultaron de paseo y pesquería
Pero el mar calmo que había de repente enfureció
Y el capitán ordeno tirar todo por la borda
Y ahí se le armo la gorda
Porque el Boyaco le dijo: la ruana ni sueñe mijo
Primero me fondeo yo. 
(Jorge Velosa y Los Carrangueros, 2015)

 

La chicha y la cerveza hacen parte de la fiesta y del ritual carranguero

 

La forma de vestirse lleva impresa la forma de estar en el mundo del campesino, “yo también soy un boyaco/indio de sombrero y ruana” dice Velosa en Yo también soy boyaco. Es la ruana un símbolo de resistencia de los habitantes del centro del país, tanto es que en el paro agrario del 2013 la ruana era usada por muchos de los que apoyaban la causa campesina. “Una prenda mística, un hermoso telar/una capa mágica que va sin cardar/olor a tierra y color de ciudad/que son las alas de mi libertad” (Los Rolling Ruanas, 2016, Ruanas on). La forma de estar en el mundo del campesino del altiplano está en su ruana, prenda más que histórica, ontológica. 

También está la función social de la carranga. Las fiestas de las casa y de pueblo son los lugares predilectos para poder ir a bailar. En las romerías también es costumbre que uno o varios grupos carrangueros animen a los asistentes. La chicha y la cerveza hacen parte de la fiesta y del ritual carranguero. Se sabe que varios grupos son patrocinados por compañías cerveceras. Por su parte la chicha, bebida fermentada de maíz de origen indígena; fue la bebida alcohólica más popular del país por muchos años, hasta que al llegar la independencia se empezó a prohibir, pues se consideraba en cierta medida peligrosa. Actitud de que explica Kusch en América profunda (2000) de cómo los procesos de independencia son la continuación de occidente para cancelar la cultura o prehistoria originaria de América. El filósofo argentino, toma como referencia la fundación de su país y el afán de implementar ideas europeas dejando de lado la tradición indígena, “con escuelas, en donde todos se empeñarían en volcar ese afán de teoría y coacción que era necesario para mantener en pie la victoria obtenida por San Martín”. (Kusch, 2000: 183). Ese afán no es otro que el de ser alguien y despreciar o ignorar el mero estar, que está mal visto. Los padres de la patria pensaban como ciudadanos de las urbes europeas. Hay un afán de sacar lo indígena de las nuevas naciones. Ya en el siglo XX, por razones higiénicas se prohibió y las leyes fueron más rigurosas. Pero ahí está el aguante de lo profundo de América Latina, la chicha siguió rondando en las tiendas y pueblos. La carranga habla de la chicha como parte esencial de la vida del campesino. En Ni luto ni lagrimones, de Velosa, se dice: “Pa' puel camino cualquiera que me toque, unos pocos encargos más bien les quiero hacer: que me acomoden mi chicha y mi guarapo y un tiple pa enjrentame al propio Lucifer.” (Jorge Velosa y Los Carrangueros, 2015). La chicha hace parte de la fiesta existencial de la carranga.