La situación en Níger ha captado la atención internacional luego del anuncio de un golpe de Estado perpetrado por una junta militar provisional contra el presidente Mohamed Bazoum. En este contexto, la Comisión Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) ha manifestado su disposición de desplegar una fuerza militar de intervención con el objetivo de restaurar en el poder al depuesto mandatario.
El posicionamiento de la Cedeao ha generado un intenso debate tanto a nivel regional como global. Diversos países miembros de la coalición han expresado preferencias por abogar por el diálogo y la negociación política en lugar de una intervención militar directa.
En el escenario internacional, se observan posturas divergentes. Francia y Estados Unidos respaldan a las fuerzas africanas que apoyan la intervención militar, en línea con sus intereses. Por otro lado, Rusia aboga por una solución política y pacífica, destacando la importancia de que el pueblo nigerino tenga la autonomía y soberanía para determinar su futuro.
El papel de potencias extranjeras en esta coyuntura es evidente. La exportación de recursos naturales, como el oro y el uranio, ha sido un tema controvertido, con la junta provisional suspendiendo de manera inmediata tales exportaciones a Francia. Esta acción, junto con el histórico papel de Níger como productor de uranio, ha contribuido a conferir a la junta un carácter antimperialista y anticolonial, suscitando apoyo en ciertos sectores de la población.
Los gobiernos de transición en países vecinos, como Malí y Burkina Faso, también han expresado solidaridad con Níger y respaldan su búsqueda de autonomía y soberanía. El llamado a la diplomacia y al respeto mutuo ha sido enfatizado, junto con la percepción de que cualquier intervención militar occidental podría ser vista como una forma de neocolonialismo.
El escenario africano se encuentra dividido entre quienes abogan por la intervención militar y quienes resaltan la importancia de la autodeterminación de Níger. La experiencia de intervenciones pasadas, como en Libia, ha dejado claro que las acciones militares pueden tener consecuencias imprevistas y desestabilizadoras para la región.
Lo último que se sabe sobre este caso es que Níger ha sido suspendido de la unión africana y que la Comisión Económica de los Estados de África Occidental, Cedeao, se le ha solicitado una evaluación sobre las consecuencias económicas sociales y políticas de este golpe de estado. También estos organismos han solicitado la liberación inmediata del presidente Mohamed Bazoum, capturado durante el golpe de estado. Al tiempo estas organizaciones han rechazado cualquier intervención militar e injerencia de países europeos en el territorio africano y en este caso específico en el territorio de Níger.