Colombia parece un país creado a partir de las mayores ficciones. Es de no creer lo arraigada que tenemos una conducta corrupta que casi nos corre por las venas como si hiciera parte de una configuración genética que se manifiesta desde la indolencia hasta una máxima expresada en robar los recursos designados a los pobres.
Algunos de los hechos que se exponen a continuación, evidenciarán cómo estamos, creo que casi todos, infectados y lo peor es que no veo luces de intentar cambiar esta situación.
Para la corrupción no habrá vacuna.
UNA VIGILANTE QUE DUERME EN EL SOFÁ
La historia de Edy Fonseca otorga esa visión del indolente colombiano, ese personaje que fácilmente reproduce el “usted no sabe quién soy yo” o un “para eso le pago”, que habitan generalmente en edificaciones de estrato cuatro o cinco. Conocemos esa historia porque tocó el límite cuando la salud y la vida de esta trabajadora se vio en riesgo.
Ella fue obligada, por la administración del conjunto residencial denominado Luz Marina, para quienes laboraba como guarda de seguridad directamente, hecho que además es ilegal, (digo trabajaba porque cuando la subieron a la ambulancia fue despedida) a quedarse durante un mes en el sitio de trabajo, exponiéndola a los peores hábitos de vida, una alimentación indigna, asignándole $5.000 por comida, sin la posibilidad de un relevo, sin poder dormir en una cama e ir a su casa. Se desconocieron las excepciones del aislamiento preventivo. De esto hay suficiente información en los medios.
(Ver https://www.elespectador.com/noticias/judicial/caso-celadora-edy-fonseca-vigilancia-en-edificio-luz-marina-de-maez-es-ilegal-articulo-919901)
“La indolencia es esa incapacidad de conmoverse por las necesidades del otro, incluso de validar esos comportamientos corruptos en lo privado mediado por las relaciones de poder justificándose en la ignorancia”
El punto en este caso, es la indolencia como síntoma de corrupción. No creo que haya un trabajo con más jefes que el de vigilante, sus superiores son desde la empresa que los contrata hasta los hijos de los residentes de los conjuntos y edificaciones que, como se expone en este caso, vieron que durante un mes esta mujer estaba allí trabajando y nadie se manifestó, nadie dijo nada y se permitió un abuso laboral. Pero no, lo importante siempre para el pobre es “darle trabajo” a modo de favor y que ella cuidara lo privado.
¿Cómo un grupo tan grande de personas permite una vulneración tan grande?, ¿cómo deshumanizamos a un trabajador para exponerlo durante días?, ¿cómo un aglomerado de personas se salta una norma, contrata directamente de forma ilegal y no pasa nada?
La indolencia es esa incapacidad de conmoverse por las necesidades del otro, incluso de validar esos comportamientos corruptos en lo privado mediado por las relaciones de poder justificándose en la ignorancia.
Edy demandará, pero como siempre, habrá alguien con una necesidad de vincularse laboralmente y una empresa con la intención de explotar a sus trabajadores.
LOS RESCATADOS DE LA GUAJIRA
Entonces vimos la imagen de un niño con altísimos síntomas de desnutrición tratando de caminar (¿era necesario exponerlo?), con una nota al pie que decía “rescatados” pero ¿de qué? de una corrupción que le ha robado durante años a la Guajira sus recursos, del desconocimiento de una cultura que hemos utilizado de manera novelesca para mostrar lo exótico y bello de lo desértico. El olvido estatal sistemático es otro de los síntomas de la corrupción.
“de extremo a extremo tenemos un país lleno de desolación, poblaciones de las cuales solo se sabe cuándo el gobierno entra a negociar los recursos naturales del territorio y las consecuencias en la población años después cuando la desesperanza, el olvido y la muerte sientan sus bases allí”
Podría hablar del Amazonas también, porque de extremo a extremo tenemos un país lleno de desolación, poblaciones de las cuales solo se sabe cuándo el gobierno entra a negociar los recursos naturales del territorio y las consecuencias en la población años después cuando la desesperanza, el olvido y la muerte sientan sus bases allí. Estar en las casas (protegidos o encerrados según sea su situación) nos muestra, desde la pantalla (que por más grande que sea), una realidad que ignoramos, porque cuando vamos de viaje como turistas, eso que tanto anhelamos, vamos también a usar esos recursos. No queremos ver al pobre de las periferias, a ese mismo que hoy le están robando, de los mercados, un porcentaje en este virus de la corrupción.
El ICBF hace su intervención en las comunidades indígenas de la Guajira, muchas veces dicen que estas comunidades no les dejan ingresar o que es difícil acceder por los abismos culturales y comunicativos que se tienen. Esto es ocasionado porque se olvida a un sector poblacional, se dificulta el accionar, porque el título académico implanta un chip de superioridad en donde se asume que la madre pobre o indígena, o las dos, no sabe de crianza o de cuidado, olvidando qué si lo saben, pero que las condiciones de vida no les permiten superar la extrema pobreza en la que se vive por el continuo robo de los recursos.
Sin embargo, no queremos hablar de ellos sin ellos, porque la realidad mostrada en pulgadas difiere, el representante de la comunidad Ismael Sabayu Wiwarte, nos habla desde su experiencia, él y su comunidad lo viven en carne propia.
“Me parece un punto clave exponer el tema de romantizar la pobreza, pues esa romantización no lo hace los medios, sino que es un fin benéfico, heroico de un Estado corrupto; exponer la pobreza y la desnutrición tiene doble o hasta más objetivo. Es para mostrar cuanto hace el gobierno frente esa situación (estadística) pero por otro lado que tanto puede ocultar las raíces de tal deshumanización. En el caso de Guajira conviene hablar de la desnutrición y no del Perencejo que ha caudado tanta crueldad, en cuanto es una potencia económica no hace nada malo.
educarse no debería ser un juego, debería ser realidad
En el contexto indígena Serrana, realmente vemos como desde hace mucho tiempo viene posicionándose el patronazgo representada en organizaciones indígenas quienes a su vez tienen de patrón al Estado donde se nos han enseñado tener esperanza. En esa medida; el indígena es visible si podemos capitalizar su recurso o su imagen si volvemos al indígena como un objeto de consumo, propio del etnoturismo, lo cual es una forma de dominación. De hecho ¿a quién conviene que los niños indígenas estén desnutridos? La Sierra es uno de los lugares donde mueren niños por falta de alimentación, por falta de tierra, por presión de políticas ya establecidas desde afuera que dice como debe ser un indígena y como debe vivir un indígena, entonces emprender algunas acciones que dignifique la vida no es posible porque se cree que va perder la esencia de ser indígena. Eso simplemente reproduce el concepto de buen salvaje.
Aquí los más afectado son los niños, donde ni siquiera se dialoga el método anticonceptivo, no se habla de las condiciones de niñas que se embaraza a temprana edad, jóvenes que asumen ser padre y muchos no lo ve como una responsabilidad sino simplemente abandona. Claro, no niego el rostro amoroso de muchos padres Wiwa, su sentir creativo para cuidar y alimentar. Pero ahora en esta pandemia, nos damos cuenta que muchos wiwa son jornaleros de "cachacos", (no indígena) un claro estructuración de dominio y lógicas coloniales. Un jornal de trabajo vale 15 mil pesos, ¿que se compra con esto? Las comunidades están lejos de la carretera, si cultivan no pueden vender, no cuentan con mulas y vías para comercializar su producto. Buena parte de los indígenas de Magdalena viven de la cacería, con la presión de los Parques Nacionales que prohíbe la caza, o tumbar el bosque, mientras que los colonos lo siguen haciendo.
Si hablamos de la pobreza desnutrición indígena no cambia mucho antes de la pandemia y ahora, es una zona olvidada siempre, es una zona de ausencia del estado, se hablará de la Sierra, como dices cuando haya que discutir sobre Parque Tayrona.
El niño rescatado, la niña acogida, será ahora objeto de encierro y vigilancia, la madre tendrá que iniciar un proceso de lucha y mimetizaje para cumplir con los estándares impuestos por la institucionalidad, hasta que tal vez recupere a sus hijos y vuelva a su casa en el olvido nacional.
“El niño pobre tendrá un destino marcado por su nivel socioeconómico, soñar con un computador y jugar a educarse debería causar indignación y no el lastimero “pobrecitos, tan bonitos”
UN COMPUTADOR DE BASURA
Educarse sin educación. Nos mostraron a dos niños jugando con el cascaron de un computador de esos antiguos, de los que ya casi no se usan, con una tabla sucia y vieja, rayada con esfero simulando los cuadrados de las teclas del computador, diciendo que se “reinventaron” un computador, la desfachatez y el oportunismo son el tercer y cuarto síntoma del virus de la corrupción.
Es difícil comprender como, en un medio adverso, los niños juegan. Pero es más difícil creer que un reportero saque una nota romantizando esa pobreza. Nos han llamado desde atenidos hasta mamertos porque exigir derechos esta visto como una expresión de pereza, de una intención de mantenerse a costillas del gobierno, si, del mismo que se mantiene con nuestros impuestos.
La niñez en este país es el grupo etario más encerrado y manipulado. El niño pobre tendrá un destino marcado por su nivel socioeconómico, soñar con un computador y jugar a educarse debería causar indignación y no el lastimero “pobrecitos, tan bonitos” cuando, evidentemente, viven en medio de escombros, basuras y desechos producto de una sociedad gaseosa que nos mide por la capacidad de adquisición.
Suelo pensar en ese niño indígena que está al lado de su mamá, otra niña indígena, en las calles de Chapinero simulando una danza tradicional a la espera de esa moneda que le cambiará el día, pero que lo reafirmará más en su situación de calle, a la vez que es objeto de la cámara fotográfica o del celular que posiblemente provengan de un transeúnte que le parece curiosa esta práctica de mendicidad y la sube en redes con un mensaje de superación.
hechos que nos arrojan como el país más corrupto del mundo
Porque nos arraigaron en el ADN que sacrificio y sufrimiento son la mezcla perfecta para disfrutar de un éxito, así sea pasajero.
Jugar a educarse no debería ser un juego, debería ser realidad.
SINTOMAS COMO HUELLA GENÉTICA
Que me perdonen los “no corruptos” pero en esta intención de no contagiarme ya me veo yo buscando alguna palanca política, algún conocido o una recomendación del amigo de alguien, que es su padrino o madrina, para que me otorguen un contrato o una oportunidad para volver a dar clases o tener un trabajo digno con un salario, porque esta enfermedad de la corrupción no solo hace que usted muera en la pobreza pensando que es rico (lo que llamo fenómeno del estrato tres) sino que le hace cambiar sus convicciones y la lealtad a la propia ética por lo importante de comer y sobrevivir, porque no es tan sencillo acceder a una oportunidad laboral por más estudios, preparación, experiencia y habilidades demostrables para el trabajo si usted no es corruptible y hace parte del selecto grupo de amigos del de turno.
Durante años hemos visto a Colombia lleno de hechos que nos arrojan como el país más corrupto del mundo y esto nos está matando. Si bien el COVID19 hará lo suyo, la falta de atención en salud, el bajo cubrimiento, los índices de des o mal – nutrición, la dificultad de acceso a la educación superior, nos hunde cada vez más y nos permea haciéndonos sentir culpables por acción u omisión.
Ojalá hubiese una vacuna para esos no valores que están en el interior.
Ilustración @dero_artist