Mucho se ha hablado ya sobre propuestas artísticas que abordan el tema del recuerdo y la necesidad de revitalizar la memoria de comunidades desde la apropiación de lo vivido, pero esto me ha llevado a preguntarme ¿Qué hay antes de un archivo? ¿Una serie de anécdotas y de vidas o simplemente un formato en blanco esperando a ser llenado?

En este caso asumo la experiencia de la práctica artística como un proceso que aborda no el recuerdo, sino la memoria como un campo minado de imposibilidad: son aquellos momentos en los que olvidamos los orígenes, autores o condiciones espacio temporales de aquellos destellos recuperados, que se extienden y entretejen en la biografía, el hogar (y sus objetos), la apropiación de todo nuestro entorno y el arte mismo...  son estas ausencias que se generan al dejar pasar un acontecimiento, al perder el hilo de las cosas y convertirlas en una pieza más de una gran colección de sucesos, objetos y pensamientos, las que causan brechas que permiten nuevos relatos para intentar dar sentido a lo que antes parecían fragmentos.

 

"...la experiencia de la práctica artística como un proceso que aborda no el recuerdo, sino la memoria como un campo minado de imposibilidad"

 

Mi interés en lo que resguardamos parte de un referente familiar y de una atracción desmedida por escuchar historias, momentos como la mirada de los ancianos ante sus repisas y fotografías, sus intentos de narrar los recuerdos que tienen de cada uno de ellos y justo ese punto en que sus ojos se quedan fijos observando personajes y objetos desconocidos. Son esos focos, como si todo comenzara en ese único momento de espera, los que están inventando mientras me hablan para no quedarse en silencio y en los que, en ocasiones, la imaginación no alcanza a generar otro relato, por lo que es necesario aceptar que “la mente a veces traiciona” o que “uno a estas alturas ya no se acuerda muy bien de ciertas cosas”.

 

"...es necesario aceptar que “la mente a veces traiciona” o que “uno a estas alturas ya no se acuerda muy bien de ciertas cosas”"

 

Estos cuentos entre lo ficticio y lo real, son relatos que el arte continúa, como una nueva historia para otra persona aumentando sus vacíos, como esperando ese alguien que nunca alcanzo a llegar; con el miedo y la emoción que causa sentirse en el abismo, con la energía que produce la mentira que no es más que imaginación, con una fuerza más grande que la gravedad en la garganta y los ojos, con ausencia y esa extraña sensación de ver que lo que hace incompleta la historia, perfeccionaba su soporte en una multiplicidad de imágenes que bombardeadas.

 

Como respiros o puntos suspensivos, pequeños olvidos y distracciones causados de manera voluntaria o involuntaria, llevan a generar alternativas a los discursos de poder establecidos, a establecer utopías. Son estos los que logran que al reproducir o volver a visualizar un archivo, un objeto o narración con reminiscencias a un pasado, este sea resignificado y recontextualizado con una experiencia tanto individual como colectiva; en donde tras intentar retener la memoria tanto sensible como literal, solo se logra tener aún más presentes sus variaciones y sus posibilidades de volver a ser, como si el blanco y el silencio fueran mucho más fuertes que toda una vida de anécdotas, como si en ese momento cayéramos preguntándonos ¿Por qué lo olvide? ¿Qué es lo que se pierde, elimina o se convierte en aspecto velado con el paso del tiempo?