Mujer migrante, aquella que lucha por un mejor futuro para los suyos, sin importar las mil dificultades por las que atravesará en esta gran travesía de ser mujer en un país ajeno, lejos de casa, pero con la fe de sobresalir por sus habilidades y fortalezas y no por los prejuicios y estigmas impuestos por la sociedad. 

 La migración de ciudadanos venezolanos a diversas partes del continente latinoamericano, ha traído consigo muchas consecuencias a, no solo la economía de cada estado, sino a los diversos programas para garantizar los derechos fundamentales de estas personas, quienes han salido por diversas causas de ese país, el recibir y concentrar a tantos migrantes ocasiona un aumento en los gastos de manutención para refugiados, lo que hace que los sistemas de salud sean precarios, los hogares y subsidios escasos y las oportunidades laborales casi nulas. 

Según un estudio realizado por el ODISEF (Observatorio de Investigaciones Sociales en frontera), la universidad Simón Bolívar y el OVM (Observatorio Venezolano de Migración) en la emergencia sanitaria por el COVID-19 las condiciones de salud para los migrantes han ido disminuyendo, principalmente la atención que incluye los derechos sexuales y reproductivos, el estudio se centra en las mujeres cuyas afectaciones son mayores a las de los hombres por diversos aspectos, como el cuidado íntimo, la lactancia, el cuidado en la maternidad, los partos seguros y el acompañamiento en abortos responsables; con fin de identificar como se ve afectado el género femenino en este contexto de migración.  

 

el desconocimiento permite que diversas denuncias no lleguen a la justicia

 

Ahora bien, no solo estos factores de salud son los que afectan a la mujer ,la violencia sexual, psicológica y reproductiva que por años han sufrido no ha cesado del todo y aumenta tras los estigmas, la vulnerabilidad, el acoso y el morbo de la sociedad, principalmente en su condición de migrantes, lo cual trae sus propias consecuencias al tratarse de humillaciones, manoseos, explotación laboral por bajos pagos por su trabajo, menosprecio de sus habilidades, el querer obligarlas a tener sexo para mantener su empleo o para permanecer con un puesto fijo, son algunas de las problemáticas que tienen que sufrir muchas de ellas por culpa de los estereotipos impuestos por la sociedad y el nivel inferior en el que siempre han puesto a la mujer, sobreponiendo la satisfacción masculina, el querer apropiarse de sus vidas y de su cuerpo sin importar los derechos que estas puedan tener. 

Así mismo, las mujeres deben conocer sus derechos sexuales y reproductivos para que puedan exigirlos ante cualquier situación de las antes mencionadas, muchas veces el desconocimiento permite que diversas denuncias no lleguen a la justicia, a los organismos apropiados y a los sitios de apoyo especiales para ellas, es vital recordar que los derechos reproductivos son autónomos, por lo que se puede exigir un cuidado doble en pareja o sin ella para la protección y prevención de infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, gestaciones riesgosas, entre otros. El género femenino tiene en su potestad tomar decisiones con su cuerpo sin sufrir discriminación alguna por sus decisiones bien sea, el interrumpir un embarazo, el no tener relaciones antes de la edad que desee, el ser forzada a tener relaciones sexuales aun con una pareja estable, o a no planificar y exigir al hombre usar métodos de planificación. 

Sin embargo, pese a estos derechos, no todos pueden ser cumplidos a cabalidad. La falta de recursos de las mujeres migrantes les ha causado muchas dificultades en su diario vivir, el no poder acceder a utensilios íntimos como toallas higiénicas, cremas para el cuidado del pH, tratamiento postparto, atención en partos y cesáreas, abortos asistidos, entré otros. Esto aumenta el riesgo de contraer enfermedades, el poco acceso a la salud publica tanto para migrantes documentadas como indocumentadas aumenta el riego de no prevenir enfermedades como el VIH, el cáncer de mamá, ovarios poliquísticos, entre otros, que atentan contra la vida de ellas y en algunos casos los de su pareja.

 

eliminar todo tipo de estigmas permitirá una sociedad más libre en que se puedan brindar mejores oportunidades al género femenino

 

Es por ello que, en los países de mayor concentración de venezolanos es necesario una intervención en el ámbito de la salud sexual y derechos reproductivos a profundidad para minimizar estos factores de riego y propagación de enfermedades de trasmisión sexual, prestar atención ciudadana a las mujeres migrantes disminuye los casos de feminicidio, agresiones sexuales, agresión verbal, psicológica y acoso laboral.  Pero esto no es solo un deber de los gobiernos, sino también de la sociedad en general, cambiar el chip machista con el que ha avanzado el mundo prevendría estos tipos de actos, la igualdad entre hombres y mujeres nace desde la inclusión del género femenino en todos los espacios sociales, culturales, artísticos, laborales. El poner a la mujer en igualdad de condiciones, capacidades, actitudes, destrezas con el género masculino es un reto que poco a poco avanza a grandes pasos.

Es por ello que se debe dejar de justificar los actos masculinos violentos contra las mujeres sin importar el contexto del que provengan, erradicar el maltrato desde los pequeños actos, no permitir un piropo, una insinuación grotesca, un manoseo, una humillación, una insinuación que atente contra la integridad de las mujeres, niñas y adolescentes es una responsabilidad de todos. Apoyarse entre el género femenino a realizar denuncias, a acompañarse cuando se sientan vulnerables o acosadas, a cuidarse entre sí mismas disminuye probabilidades de tragedias; esto sin importar la hora, el espacio, la vestimenta, la forma de hablar o de donde se provenga sea extranjera o nacional todas merecen respeto, el poder estar en un espacio público sin sentirse ataca o acosada es un reto que como sociedad debe imponerse. 

En conclusión, la mujer migrante pasa por muchas dificultades en su travesía por un país ajeno, por ello eliminar todo tipo de estigmas permitirá una sociedad más libre en que se puedan brindar mejores oportunidades al género femenino, luchar por derechos reproductivos óptimos para ellas es una propuesta útil para comprender que las responsabilidades sexuales son equitativas y que no se debe sobreponer por ninguna circunstancia el machismo en la sociedad como la que se vive hoy en día.