No sólo fueron ocho millones de votos, fueron...
Ocho millones de colombianos
Ocho millones de ilusiones
Ocho millones de memorias
Ocho millones de voluntades
Ocho millones de posturas
Ocho millones de humanos
Ocho millones de soñadores
Ocho millones de libres
Ocho millones de conciencias
Ocho millones de personas
Ocho millones de aventureros
Ocho millones de cambios
Ocho millones de sonidos
Ocho millones de sabores
Ocho millones de sentimientos
Ocho millones de canciones
Ocho millones de artistas
Ocho millones de trabajadores
Ocho millones de maestros
Ocho millones de estudiantes
Ocho millones de padres
Ocho millones de madres
Ocho millones de hijos
Ocho millones de abuelos
Ocho millones de amigos
Ocho millones de conexiones
Ocho millones de lugares
Ocho millones de recuerdos
Ocho millones de luchas
Ocho millones de esperanzas
Ocho millones de amores
Ocho millones de historias
Ocho millones de palabras
Ocho millones de ríos
Ocho millones de montañas
Ocho millones de corazones
Ocho millones de ciudadanos
Ocho millones de habitantes
Ocho millones de nombres
Ocho millones de caminantes
Ocho millones de viajeros
Ocho millones de hombres
Ocho millones de mujeres
Ocho millones de niños
Ocho millones de jóvenes
Ocho millones de juegos
Ocho millones de indígenas
Ocho millones de afros
Ocho millones de gitanos
Ocho millones de nostalgias
Ocho millones de divergentes
Ocho millones de empleados
Ocho millones de empresarios
Ocho millones de ambientalistas
Ocho millones de animalistas
Ocho millones de mensajes
Ocho millones de caminos
Ocho millones de alegrías
Ocho millones de preocupaciones
Ocho millones de rosas
Ocho millones de plantas
Ocho millones de especies
Ocho millones de leyendas
Ocho millones de heroes
Ocho millones de patriotas
Ocho millones de colores
Ocho millones de luces
Ocho millones de atuendos
Ocho millones de oraciones
Ocho millones de creencias
Ocho millones de miradas
Ocho millones de tragedias
Ocho millones de felicidades
Ocho millones de manos
Ocho millones de resistencias
Ocho millones de campesinos
Ocho millones de familias...
¡Ocho millones de sueños!