Quien antes fuera vocalista de Calle 13 y ahora lleva una carrera de solista, es un maldito, en su última canción Residente nos muestra algo que siempre hemos querido ocultar, la nostalgia. Es una canción y un video que encaja de manera tan perfecta con sus rimas tan conmovedoras que nos hace odiarla y amarla al mismo tiempo y que, para el remate, lleva su nombre “René”.
Una canción que empieza con un recurso que parecería cliché, sobre todo en él; una voz en off que serviría como contexto de la temática a tratar, pero, aunque así es, que equivocado estaba yo cuando pensé que sería simplemente un elemento accesorio.
Todo pareciera llevar a un punto de critica al mundo de la música y del espectáculo… oh, que equivocado estaba. Continúa la canción al igual que el video entrelazando imágenes de residente recorriendo las bases de un campo de béisbol e imágenes que se relacionan con sus rimas y sus recuerdos. En este punto uno empieza a entender que no se trata de una canción cualquiera.
“Cabeza, rodillas, muslos y cadera”
Las rimas, las imágenes, el ritmo que lleva exteriorizado a través de Residente nos obliga a recordar nuestra infancia, a recordar los lugares que ya no existen, el barrio en que crecimos, la casa en que vivimos, lo que comíamos, los problemas que teníamos de niños, nos obliga a tomar conciencia de las cosas que jamás podremos revivir, de las cosas que pasamos y que perdimos por la lucha por un ideal que nos vendieron desde que éramos pequeños.
El maldito nos lleva a tomar conciencia de nuestra nostalgia contando su propia historia, tomar conciencia de todos eso que guardamos en nuestra mente, aquellas personas, aquellas escenas, aquellos lugares que tal vez ya no estén. Los recuerdos siempre serán ideales que jamás volverán y estos son tan frágiles que cualquier acción, puede hacerlos cambiar de sentido; ver una película que de niño nos encantó y darnos cuenta que realmente no es tan buena, volver a esos lugares fantásticos a los que viajamos en nuestra infancia, visitar la casa o la calle donde crecimos añorando vivir de nuevo esos momentos de asombro o felicidad y darnos cuenta que eso nunca pasará de nuevo, nos ha dejado siempre una sensación y un vacío un tanto extraño que René lo supo traducir en un poco mas de 7 minutos.
“quiero volver a ver el cometa Halley con mami”
Pensamientos de diversos momentos de nuestra niñez, adolescencia, incluso de algunos pocos años o meses atrás recorren nuestras cabezas mientras es escucha la voz de René contando su historia.
Incluso los días malos se pueden recordar con nostalgia si no vuelven, los recuerdos de las luchas cotidianas pueden convertirse en momentos que se añoran. Son tan potentes los distintos elementos de nuestra memoria que podrían hacernos renunciar a todo lo que hemos logrado por tan solo revivir algún momento anterior con el mismo sentimiento que se vivió entonces.
En la antesala del final de “René” nos deja claro su sentir, el extrañamiento personal que todos hemos vivido en algún momento al lograr cosas que hemos querido y preguntarnos ¿quién realmente soy?, toda la memoria, todos los elementos que configuraron la historia de Residente que nos lleva a un solo deseo “quiero volver a ser yo”.
“ya no queda casi nadie aquí…”
Termina la canción de la misma forma en que la comenzó “Cabeza, rodillas, muslos y cadera” en la misma voz que lo recitaba al inicio, como si toda la canción fuera un flashback sucedido entre los versos de aquella mujer que resonaba en la cabeza de René cuando recordaba su infancia, demostrando no sólo la facilidad con que podemos caer en la nostalgia del recuerdo, sino la fragilidad de nuestra estabilidad cotidiana cuando nos enfrentamos a un elemento tan simple como una canción.
“René”, te maldecimos porque creaste la canción que necesitábamos para tomar conciencia sobre los elementos que configuran nuestra memoria que, aunque los añoremos, nunca regresarán.