Erna Von Der Walde es licenciada en Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes y M.A. de la Universidad de Warwick,  ha publicado textos sobre literatura, historia y estudios culturales. Quisimos extraer esta pequeña respuesta de sus redes sociales para que ustedes, nuestros lectores, tengan otra opinión más en la polémica desatada tras declarar como Patrimonio Nacional la obra de Beatriz Gonzáles por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural:

No, Enrique, los intelectuales chapinerunos (me has descrito a la perfección: una intelectual o una que pasa por tal cosa, nacida en la clínica Marly y criada en la calle 53, que vive ahora en esa ciudad que Hernando Martínez Rueda describiera como Teusaquillo pero sin los amigos) no hablaremos de eso en los cocteles de Londres y París. Hablaremos de una ciudad en la que se tumban árboles a diestra y siniestra, se pavimentan zonas verdes, se quiere extender una vía y hacer proyectos de construcción en una reserva ecológica crucial para las reservas acuíferas del altiplano ese, alguna vez conocido como Valle de los Alcázares, en el que se ubican Chapinero y Teusaquillo y ese cementerio monumento que quieres tumbar. Y explicaremos que queremos preservar esos columbarios que a ti poco te importan en ese lugar específico, el cual solo ves como un potrero, lo mismo que solo ves un potrero donde nosotros vemos una reserva. Y explicaremos que el país ha tenido un conflicto que dura ya más de 70 años y que ese lugar de la memoria nos importa porque necesitamos espacios simbólicos. Y explicaremos que en ese pobre país sus élites no tienen noción de patrimonio y en todo lugar habitado o deshabitado, sagrado o profano, no ven sino el lote en el que podrían construir algo que agregue "valor". Y que solo ven un desperdicio económico donde nosotros vemos un valor cultural. Explicaremos que quieres tumbar los columbarios intervenidos por la artista Beatriz González aun cuando el espacio en el que se encuentran es enorme y de todas maneras habrá de sobra para el parque.

explicaremos cuán simbólico es el acto de tumbar un espacio dedicado a la memoria del conflicto en el momento en el que el país se encuentra bajo un gobierno (o una forma intensa de desgobierno) cuyo mayor propósito es desbaratar los acuerdos de paz.

Y explicaremos cuán simbólico es el acto de tumbar un espacio dedicado a la memoria del conflicto en el momento en el que el país se encuentra bajo un gobierno (o una forma intensa de desgobierno) cuyo mayor propósito es desbaratar los acuerdos de paz. Y explicaremos que las elites del país temen que los testimonios que han ido rindiendo diversos participantes del conflicto ante la Comisión de la Verdad revelen todavía más dimensiones del horror. Y que lo que menos quieren es que haya lugares que lo representen simbólicamente y donde simbólicamente podamos invocarlo para evitar su repetición, aun cuando sabemos que con estos "dirigentes", "gobernantes" y "visionarios" estamos condenados a la eterna repetición del horror. Y explicaremos, Enrique, que lo que crea drogadicción y violencia son las políticas que este miserable desgobierno implanta, la falta de oportunidades, el terrible desempleo en la ciudad, el costo de la educación, los bajísimos sueldos y altísimos impuestos. Y de la movilidad ni hablar. Eso que tú llamas un sistema de transporte, yo lo llamo un sistema de recaudo. Lo que interesa es que la gente pague el pasaje; ustedes se reservan el derecho de no prestar el servicio. Explicaremos que la ciudad colapsa, que lo que menos te interesa en el mundo es el bienestar de los jóvenes bogotanos, que de hecho descontinuaste políticas que venían de gobiernos anteriores y que favorecían a los jóvenes de los sectores más desfavorecidos. No, Enrique, no nos tientes a dar explicaciones en los cocteles.

(Erna Von Der Walde)