La sopa de Wuhan es un compilado de escritos de pensadores contemporáneos que nos permite conocer casi de inmediato el punto vista filosófico y sociológico de la crisis que actualmente atraviesa el mundo por cuenta del COVID-19.

Es la clara muestra del cambio que se ha producido en la difusión de la información y como a través de la virtualidad se ha generado una inmediatez en el consumo de distintas producciones académicas, de opinión o teóricas en distintos formatos. Ahora la figura del libro se suma a la inmediatez contemporánea gracias a este proyecto.

Este libro está dividido en 17 capítulos publicados a lo largo de un mes desde febrero hasta marzo del año 2020. en este sentido nos damos cuenta de que la virtualidad y la inmediatez en la información cuestiona la producción académica tradicional puesto que pone en crisis la forma en que normalmente se produce conocimiento.

Hagamos un pequeño recuento de la evolución de las formas de difusión de la información en la historia de la humanidad. Recordemos que la primera forma de reproducción de información fue la tradición oral de los pueblos en la antigüedad, lo que llevó a la compilación de algunos cuentos de la antigua Europa y mitos que hoy conocemos en la cultura popular global, también sirvió para que en países latinoamericanos conozcamos las leyendas que han sobrevivido de los pueblos originarios.

 

La sopa de Wuhan es el escrito o compilado que marca punto de quiebe en la difusión de la información tradicional

 

En los tiempos de juglares, la información podía ser distorsionada con facilidad, los acentos de las regiones y los distintos idiomas a través de los cuales recorrían las historias, hacían que estas cambiaran y cobraran otros sentidos. Entonces, la información se transmitía de forma oral y se encontraba vulnerable a los cambios a través del tiempo y la geografía. No fue hasta que se empezó escribir cuando se pudo almacenar la información 

Desde la antigua Mesopotamia se encontraban los primitivos mecanismos de organización de la información que podía ser almacenada, clasificada y conservada en las primeras bibliotecas. En el auge del imperio Romano también se propendió por la construcción de centros de conservación de la información y la reproducción de distintos documentos.

Hay que tener en cuenta que el acceso a la información en esos momentos de la historia era un privilegio que pocos podían tener, no solo por la dificultad que tenía la elaboración de documentos escritos, sino que este saber quedaba en manos de personas con un alto estatus social y/o religioso, principalmente. 

 

podemos vivir en carne propia un sistema que viene siendo teorizado En Vivo

 

No sabría clasificar si se trata de una evolución en la forma de transmisión de la información o una evolución de la escritura en general, ya que con la imprenta se permitió realizar planchas automatizadas que imprimían distintos papeles, esta máquina permitió que otras capas de la sociedad tuvieran acceso a distintas informaciones que antes eran exclusivas y conservadas en lugares donde muy pocas personas podían acceder. Así continúa una evolución en la forma de reproducir la información por medios mecánicos industrializados donde cada vez se producían más libros, revistas, periódicos, etc.

Con la llegada de la internet, la masificación de la información, de la forma de creación y su difusión, permiten que sea el consumidor final quien pueda decidir sobre las temáticas o los puntos de vista que lee, esto se normalizó y llegamos a un punto en el que las personas generan dinámicas y círculos de opinión virtuales que están a favor de las mismas cosas y en contra de las mismas cosas, generando diferentes burbujas de opinión que se oponen y validan entre ellas mismas.

El 2020, con la llegada de esta crisis sanitaria mundial, nos presentó otra cara de está distribución “democratizada” de la información: La Sopa de Wuhan. Es el compilado de los últimos escritos publicados y distribuido públicamente de algunos de los pensadores más influyentes contemporáneos. 

Pero más allá de ser un compilado de artículos casi que de opinión, nos muestra que podemos vivir en carne propia un sistema que viene siendo teorizado En Vivo. Es decir, nos encontramos en un punto en el que los acontecimientos históricos no son teorizados años después, sino que su teorización se lleva en el mismo momento en el que están ocurriendo y la distribución de sus resultados es casi inmediata. 

 

un golpe a estos centros hegemónicos de la información legitimada. 

 

Los pensadores clásicos tomaban ejemplos de acontecimientos que ocurrieron diez, cinco o dos años antes que se tomaran la tarea de escribirlo, sin contar el tiempo de publicación, distribución, traducción y llegada al público general para que este conocimiento allí generado pudiera ser reproducido y sentara bases para los análisis posteriores.

La sopa de Wuhan es el escrito o compilado que marca punto de quiebe en la difusión de la información tradicional, más allá del tema del COVID-19 el cual trata, ,más allá de los mismos pensadores quienes lo escriben; es el cuestionamiento hacia los grandes validadores académicos que no permiten una lectura rápida de los acontecimientos que ocurren en la actualidad; es el elemento que muestra las fallas en la difusión de las revistas indexadas, de las calificaciones académicas en las publicaciones, un golpe a estos centros hegemónicos de la información legitimada. 

Es por esto que la sopa de Wuhan es el punto de quiebre para la producción académica tradicional, sobre todo en países como Colombia que generan sistemas de evaluación por puntajes basados en publicaciones de distinto tipo que sacan convocatorias cada semestre, cada año o cada tantos años. Sopa de Wuhan permite encontrar otra forma de publicación teórica y de análisis a partir de los medios virtualizados que podrían generar una mayor democracia en el consumo de este tipo de elementos al ser liberados y distribuidos sin el limitante de la capacidad de impresión de una editorial tradicional.