El campo de las artes plásticas es algo peculiar, en este se evidencian las formas de inclusión y exclusión (sobre todo esta última) de forma exagerada. Está bien, para el mantenimiento de un grupo se debe tener ciertos criterios de aceptación por lo que se terminaría obstaculizando la entrada a “cualquier persona”. Sin embargo, acá entran las contradicciones, no por la conformación de un espacio social en el que se desenvuelven los individuos, sino contradicciones generadas entre lo anterior y el carácter mismo que se supone deben tener las artes.
El carácter estético de las artes debe basarse en un lenguaje, un gusto y un sentido común. Pero en la plásticas para poder llegar a ese “común” tendría que renunciar a las dinámicas que la conforman como un campo diferente de otros, allí radica su principal contradicción; una pretensión de inclusión de sus contenidos cuando se excluye a través de diferentes procesos de apropiación simbólica de los objetos artísticos por parte de los individuos que interactúan dentro de este grupo.
"en el sur de la ciudad (...) no hay (o hay muy pocas) galerías, museos, teatros, etc."
Este es un fenómeno que, quienes están dentro del mundo artístico, conocen muy bien o por lo menos lo intuyen, pero pocas veces es objeto de crítica de parte de las personas que pertenecen a este. No es extraño escuchar que el campo del arte es elitista y exclusivo, lo que no se aleja de la realidad. Quienes están más dispuestos a apropiarse de contenidos artísticos son individuos pertenecientes a clases altas y medias altas, que tienen acercamientos a este tipo de escenarios desde muy temprana edad, a diferencia de personas de sectores populares, clases bajas y medias bajas, quienes (especialmente en Colombia) no tienen un fácil acceso a estos contenidos.
Hablando de nuestro caso, solamente en la ciudad de Bogotá se puede evidenciar este fenómeno al comprender la ubicación geográfico-económica de los lugares de consumo artístico y observar que en el sur de la ciudad donde se encuentran barrios populares, sectores estrato 1, 2 y 3, algunas zonas industriales y comerciales, no hay (o hay muy pocas) galerías, museos, teatros, etc.
"... tomen su posición de defensa de las dinámicas que los mantienen legitimados en su grupo o, por el contrario, de ruptura y de rebeldía frente a estas mismas"
Hay pocos procesos que evidencien una incidencia directa en la problemática que aquí planteo. Muchas veces la formación de procesos, colectivos, piezas de arte, exposiciones y demás actividades o practicas propias del quehacer artístico, buscan una inclusión mayor de nuevos públicos sobre todo de base y de sectores populares, sin embargo estos no van más allá de la utilización de las comunidades para legitimar sus resultados como algo que tiene influencia comunitaria, sin que haya una real transformación en las dinámicas de apropiación de contenidos legítimos del campo. Los pocos procesos de este tipo son relegados y señalados por pretender visibilizar esta problemática al incidir directamente en ella, cambiandolas prácticas y poniendo en riesgo los privilegios que algunos individuos han obtenido.
Ahora, no todo es el fin, sólo habría que confesar y ser honesto con las pretensiones de algunos procesos pertenecientes al campo, así como se esperaría de algunos agentes que dejen la actitud hipócrita y tomen su posición de defensa de las dinámicas que los mantienen legitimados en su grupo o, por el contrario, de ruptura y de transgresión frente a estas mismas.