Usme, una de las localidades con mayor cantidad de disturbios luego del paro nacional que se vivió en Colombia el pasado 28 de abril del 2021, siendo una de las más criticadas por la forma de actuar de sus ciudadanos gracias a los actos de violencia y enfrentamientos ocurridos con las fuerzas públicas, da una vez más de que hablar, pero esta vez, aferrándose a su pasado ancestral indígena, aquel que a través de los años lo ha convertido en un territorio de protección arqueológica.

Hace algunos años en la Hacienda el Carmen, ubicada en el sector rural de la localidad, un importante descubrimiento arqueológico fue realizado por la maquinaria que el proyecto urbanístico “Metrovivienda”,con el que pretendían realizar viviendas luego de ser publicado el Plan de Ordenamiento Territorial del año 2000 en el que se estipulaba que los terrenos irían para expansión urbana pese a la gran oposición de organizaciones sociales y campesinos del sector, quienes defendían los suelos agrícolas en los que cosechan muchos de los alimentos que proveen a la gran capital. 

Al pasar siete años del inicio del proyecto, en las excavaciones que se realizaban los obreros, para su sorpresa, encontraron restos de vasijas y algunos cilindros de forma extraña que salían de la tierra, mismos que eran acompañados de restos óseos de personas indígenas de la época Muisca, por lo que tuvieron que detener la obra e informar a las autoridades correspondientes quienes de inmediato comienzan a realizar estudios antropológicos a los restos encontrados.

 

El encontrar dichos restos se promovió el interés de la ciudadanía a conocer la historia de sus antepasados

 

Este fue el detonante para que la comunidad Usmeka pusiera en pie de lucha su resistencia a la expansión de terrenos urbanos, cubiertos de capitalismo, que se imponían ante los suelos fértiles de los campos de la localidad, los yacimientos de lagunas sanas y la preservación de zonas verdes colindadas con el páramo de Sumapaz. Los mismos ciudadanos que se apropiaron de su territorio generaron posición al proyecto Metrovivienda y a el gobierno nacional, para que la zona descubierta tuviera el tratamiento correspondiente y fuera puesta como un sitio de preservación arqueológica, el más grande de Latinoamérica, albergando una de las tumbas indígenas más grandes del mundo.

El encontrar dichos restos se promovió el interés de la ciudadanía a conocer la historia de sus antepasados, mismos que habitaron en la época muisca desde el siglo VI a.C en el altiplano cundiboyacense, descendiendo de varios departamentos entre ellos Santander, Boyacá y Cundinamarca y quienes forjaron en estos suelos con cada una de sus historias creencias y costumbres.

 Así mismo, hallarlos forjo una unión entre los habitantes de la localidad, resistiendo hasta tal punto en que exigían a las entidades correspondientes detener el crecimiento desenfrenado de urbanización en los campos Usmekas, el preservar la integridad de los campesinos quienes labran la tierra contribuyendo al cuidado de estos sitios sagrados, además   de evidenciar que, el incremento de población en la localidad por los proyectos de urbanización, de una u otra forma, afectan a la naturaleza y que la construcción de apartamentos de interés social en área rural se presta para que la solicitud a mejorar las condiciones urbanas sea cada vez mayor y se preste para realizar arreglos en infraestructura, construcción de más vías para acceso a la zona y demás.  

 

no detener la obra pude significar que quizás más vestigios no encontrados sean cubiertas por asfalto de una nueva vía

 

Sumado a lo anterior, que el pasado 30 de julio del 2021 mientras se realizaban excavaciones en la que será construida la ampliación de la troncal Caracas cerca al portal de Usme, fueron encontrados 26 tumbas completas, 3 cuerpos con collar y 4 vasijas cerámicas completas de indígenas que al parecer pertenecían a los indígenas Muiscas tardíos, luego de casi 14 años del hallazgo en la hacienda el Carmen, los antepasados de esta comunidad vuelven a hacer nuevamente su aparición, demostrando que el territorio que perteneciente a la zona quinta de Usme aún alberga historia por descubrir de estos antepasados que aún siguen sepultados bajo las tierras que se excavan con fines de urbanización como antes sucedió con las viviendas del proyecto Metrovivienda. 

Sin embargo, tras encontrar estos vestigios arqueológicos los cuales están siendo investigadas por el Programa de Arqueología Preventiva y vigiladas, a su vez, por el IDU (Instituto de Desarrollo Urbano) y cuyas investigaciones  determinarán los debidos permisos de construcción, la obra sigue en pie, al realizar la extracción de cada uno de los objetos encontrados y realizar los respectivos análisis se destinarán los restos encontrados en sitios adecuados para tratamiento y preservación, lo que indica que no se frenará la vía, puesto que es una de los mayores puntos de congestión en la movilidad para acceder a la localidad. 

 

existen en la actualidad descendientes del pueblo Muisca, dentro de la ciudad de Bogotá y en general en el departamento de Cundinamarca

 

Dicho esto, se ve la gran necesidad de seguir mejorando el sector urbano y la poca preservación de los espacios sagrados de los Muiscas, no detener la obra pude significar que quizás más vestigios no encontrados sean cubiertas por asfalto de una nueva vía, y que no se llevará a cabo una parametrización como un área arqueología protegida, como lo ocurrido en la hacienda el Carmen, es aquí donde se evidencia como prevalece la urbanidad, el mejorar las condiciones de ingreso al aumento de población en la localidad y a la poca entereza que se le pone a este tipo de descubrimientos en la cuidad. 

La urbanización es necesaria, siempre y cuando se protejan a los antepasados que una vez poblaron estas mismas calles, que contaron sus historias a través de vasijas, esculturas, collares, postes y pertenecen al patrimonio de la nación. Es necesario que se tomen las medidas preventivas correspondientes en cada una de estas obras pese a que como ya se ha mostrado antes, la zona aun cuenta con un gran material arqueológico no descubierto, la participación y resistencia de la comunidad Usmeka aún sigue presente y hasta que no se garantice la conservación y divagación de estos bienes no quedarán conformes, mostrar su territorio ancestral más allá de ser tachados como una localidad vandálica es una de sus principales fortalezas y lo han demostrado con el pasar de los años, proteger la historia contribuye a forjar una mejor futuro, reconocer a sus ancestros debería ser una obligación y no solo allí, sino en todo el territorio nacional y aún más, sabiendo que existen en la actualidad descendientes del pueblo Muisca, dentro de la ciudad de Bogotá y en general en el departamento de Cundinamarca, quienes se han esforzado por mantener y fortalecer las tradiciones ancestrales de estos antepasados, y algunos otros elementos dentro de la cultura global, y  que ya se han tratado en diferentes espacios de la Revista In-Usual.